La nueva medida que plantea el
Ayuntamiento de Madrid, dirigido por
Manuela Carmena, es cerrar el tráfico en la
Gran Vía a los no residentes. Este proyecto forma parte de uno de los treinta puntos del borrador del Plan de Calidad del Aire. Uno de los problemas que suscita esta política es que se esparcerían, entre el tumultuoso
tráfico madrileño, los 50.000 vehículos que circulan diariamente por la emblemática calle de la villa y corte.
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